Así lo han detallado hoy el presidente del CEL, Julio César Álvarez, y el director general de Iberaval, Pedro Pisonero, quienes han remarcado que el acuerdo "pone en el centro de la acción financiadora" de la sociedad de garantía a las empresas, pero también contempla "soluciones" para los emprendedores y jóvenes empresarios, a los que se

facilitarán productos y servicios "en condiciones ventajosas".

En concreto, el documento firmado se refiere al impulso de dos líneas de financiación.

La primera de ellas, que se pone en marcha en colaboración con Aquisgrán -entidad impulsada por las sociedades de garantía de toda España para ofrecer financiación complementaria a la bancaria-, y se centra en préstamos para inversión y circulante, a devolver en un

máximo de diez años -con hasta dos de carencia-, por importes de hasta 250.000 euros.

La segunda, que abarca préstamos, pero también créditos, se dirige a operaciones de inversión y circulante, y contempla el mismo plazo de devolución y potencial carencia, pero incrementa el importa financiable hasta los 750.000 euros.

En ambos casos, el acuerdo establecido por Iberaval y CEL facilita a los solicitantes unos costes financieros competitivos.

El presidente del CEL, Julio César Álvarez, ha asegurado, tras firmar el acuerdo, que se podrán beneficiar no solo empresarios, sino también autónomos y emprendedores que tendrán a su disposición "mayor capacidad para financiarse, más rápidamente, con garantías y en mejores condiciones, tanto en plazos como en tipos de interés".

"Nos interesa que las empresas respaldadas por Iberaval sean más sólidas y puedan seguir contribuyendo a dinamizar la actividad productiva y a mantener y crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades en la provincia de León", ha aseverado Álvarez.

Por su parte, el director general de Iberaval, Pedro Pisonero, ha afirmado que "toda búsqueda de soluciones es positiva en este momento", por lo que el planteamiento de poner en marcha este acuerdo junto al CEL es "especialmente oportuno". No obstante, a su entender, "ningún analista contempla que esta crisis de costes tenga un parecido, en dureza", a la que tuvo lugar a partir de 2007, por lo que "es abordable" y redistribuyendo los costes entre empresas, familias y Administraciones, se podrá soportar "sin impactos extremos".